Las mujeres en Estados Unidos seguirán abortando
Créditos fotoEscrito por Melissa
La Corte Suprema de Estados Unidos revocó el viernes 24 de junio pasado la sentencia conocida como “Roe vs. Wade”, un fallo legal que protegía el aborto como un derecho constitucional desde 1973 en dicho país. Esta decisión abre la posibilidad de que cada estado regule la interrupción voluntaria del embarazo, introduciendo nuevas restricciones y prohibiciones, que traerán como consecuencia inmediata que, en los estados más conservadores, que se estima son 13, se prohíba automáticamente.
De acuerdo con Planned Parenthood, unas 36 millones de mujeres en edad reproductiva se verán privadas del derecho al aborto. Esto es a acceder a él de manera legal, sin cargar con las consecuencias de la criminalización y a recibir servicios adecuados y de calidad para la interrupción de sus embarazos. Asimismo, la práctica de los profesionales de la salud también se criminalizará y todo ello tendrá consecuencias funestas para las mujeres y sus derechos a la salud, integridad y vida, entre otros. Las mujeres seguirán abortando, pero, como ocurre en países donde esta práctica es ilegal, en la clandestinidad y, en muchísimos casos, sometiéndose a procedimientos inseguros, arriesgando su integridad y su vida.
Este hecho afectará, de manera desproporcionada, a las mujeres jóvenes, a las de bajos recursos económicos, a las mujeres negras e hispanas, y a quienes sufren de restricciones de acceso a la salud en general. Como sabemos, esas restricciones están bastante relacionadas con el aspecto racial. En EE. UU., las mujeres negras tienen tres veces más riesgo de morir por causas relacionadas con el embarazo que las mujeres blancas, y esto se debe a causas estructurales y complejas como el “estrés tóxico y trauma” por estar expuestas de manera crónica al racismo, violencia, pobreza y desempleo, por vivir en comunidades segregadas donde los servicios públicos son deficientes, por tener menor acceso a hacer ejercicio y a recibir atención médica, entre otros.
Además, constituye un paso adelante para la arremetida anti derechos que viene empujando, desde hace años, la revocatoria de dicho precedente en Estados Unidos y en general la prohibición total del aborto en distintos países del mundo. Hay un riesgo real de que, en otros países, los grupos fundamentalistas vean esta decisión como una oportunidad para también impulsar sus iniciativas y restringir derechos relacionados con el acceso a la salud de las mujeres y a la autonomía reproductiva, incluido el derecho al aborto.
Al respecto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró que “recaerá sobre nuestros representantes electos, en todos los niveles de gobierno proteger el derecho a decidir” y esta es una afirmación que aplica en toda sociedad con democracias representativas como la nuestra. Como ciudadanía, nos corresponde mantenernos alerta y levantar nuestra voz ante retrocesos antiderechos. Al momento de elegir a nuestras y nuestros representantes, tenemos que considerar a quienes tienen la trayectoria y convicción de defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y personas con capacidad de gestar, y puedan legislar a favor de ellos.
El programa de voluntariado es posible gracias al apoyo de Cuso Internacional y al Gobierno de Canadá