El niño por nacer: defensa de la vida o vulneración de los derechos de las niñas y mujeres

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Escrito por Melissa

El pasado 16 de marzo, el pleno del Congreso de la República por iniciativa del congresista Alejandro Muñante de Renovación Popular, declaró de importancia e interés nacional la conmemoración del “día del niño por nacer” que se celebra desde el 2002 cada 25 de marzo. Además en dicha declaración atacaron a las ONG que promueven los derechos sexuales y reproductivos, entre ellos el derecho a la autodeterminación reproductiva de las mujeres, señalando de manera tendenciosa que estas organizaciones “promueven el delito del aborto e ilícitos conexos, mediante campañas inconstitucionales, ilegales y atentatorias contra la vida del niño por nacer”.

Lo que nos alerta es que, bajo una aparente preocupación por la vida, se ocultan intereses que van en contra del respeto y garantía de los derechos de las mujeres, no solo a su derecho a decidir, sino también a su integridad, su salud e incluso a su vida. Además, los grupos que avalan este discurso también están en contra de la implementación de la educación sexual integral en los colegios, recientemente han aprobado el Proyecto de Ley 904 que permitiría censurar dichos contenidos. Esta postura es contradictoria si es que lo que buscan es reducir los embarazos no planificados y por consiguiente los abortos.

Como muestra del pensamiento de los congresistas que votaron a favor de esta moción, tenemos la intervención del congresista Pedro Martínez, quien señaló que “un niño puede sanar esas heridas, esas cicatrices, esas secuelas dejadas por algunos malditos violadores que hacen daño a muchas niñas. Pero, nadie creo yo tiene el derecho a quitarle la vida a un niño que está siendo concebido en el vientre de una madre”. Es decir, con la mayor naturalidad apuesta por embarazos forzados que ya han sido catalogados como tortura por el Relator Especial de la ONU sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.

La postura de estos congresistas evidencia que la defensa sin límites del concebido por sobre los embarazos no deseados, incluso los embarazos forzados productos de violaciones sexuales, en definitiva conllevan un impacto en la salud integral y dignidad de las mujeres y un desprecio por sus derechos.

Así también, la aprobación de esta moción refuerza el estigma y criminalización que existe contra las mujeres que abortan, quienes incluso en situaciones de aborto terapéutico que es la única causal que a la fecha está despenalizada en Perú, se ven sometidas a tratos negligentes y discriminatorios que atentan contra su salud y su vida.

La aprobación de esta moción también implica desconocer la realidad del embarazo forzado infantil en nuestro país. Según cifras del MINSA, en Perú, un aproximado de 1200 niñas entre 11 y 14 años se convierten en madres cada año. Esto quiere decir que 3 niñas cada día son forzadas a ser madres en Perú. Además, no podemos negar que, todos los casos de embarazos de menores de 14 años deben considerarse producto de violencia sexual. Los congresistas que aprueban y celebran iniciativas como la del “dia del niño por nacer”, definitivamente, están ciegos ante problemas reales, que implican violencia y discriminación de nuestra niñez y adolescencia.

Para cerrar esta reflexión me gustaría indicar que, si bien es cierto el concebido, nasciturus, embrión, feto, “niño por nacer” o el nombre que se le asigne a la vida prenatal en nuestra legislación es considerado sujeto de derechos, pretender defender su derecho a la vida de manera absoluta, incluso violando y desconociendo groseramente los derechos de las mujeres embarazadas, no está avalado por nuestras normas. Es decir, la vida fetal no se debe proteger a cualquier costo y en toda circunstancia, y así lo ha señalado la Corte Interamericana de Derechos Humanos cuando indica que “la protección del derecho a la vida desde la concepción no es absoluta sino que es gradual e incremental según su desarrollo y que el embrión no puede ser entendido como persona”. Además, en esos casos, se tiene que considerar los derechos de las mujeres como contraposición ya que el estado de gravidez no nos quita la condición de sujetas de derechos.

El programa del voluntariado es posible gracias al apoyo de Cuso International y al Gobierno de Canadá.